Todavía pienso que el mundo puede ser mejor

30 octubre 2012

Obligaciones laborales


En un país lejano, de otro mundo muy lejano,
existía un joven que quería surgir y sobrellevar una vida digna.
Para esto consiguió un trabajo en el que no le pagaban mucho, pero algo es algo, decía.
En el momento de tramitar la firma del contrato le exigieron pagar seguro.

Él muy contento, se acercó a solicitar el formulario de inscripción al seguro médico
y le exigieron pagar pensión. No le vio problema. Solo que  en el momento de pagar vio algo muy extraño y sospechoso.

Cuando por fin recibió su primer sueldo que era de 6 monedas de bronce hizo cuentas:

2 y media monedas para pagar el arriendo y servicios
3 monedas para pagar alimentación y transporte
y 1 moneda y media para pagar las obligaciones de seguro y pensión.

Yéndose a su casa prendió la tv para tranquilizarse un poco de la desilusión. Vio en primera plana una gran fila de ancianos protestando porque no se les pagaba su pensión. Pasando el canal observó la noticia de robos en EPS y pagos exagerados a los gerentes de estas empresas. Apagó la TV y salió a caminar por las calles de la gran urbe.

Bastante triste y sabiendo que no le quedaba más tiempo en el día para poder conseguir otro trabajo y poder pagar sus obligaciones, decidió vivir en la calle y pedir limosna.

La última gran noticia es que a los habitantes de la calle se les empezará a cobrar impuestos y tendrán la obligación de pagar seguro, pensión y póliza de seguro por si en algún momento se le ocurre la brillante idea de lanzarse a la vía para hallar la paz bajo las llantas del servicio público.

0 reacciones:

Publicar un comentario